Testimonio

Testimonio de un familiar

15 marzo 2024

Son tantas las cosas que quiero decirte que me tiemblan las manos… 

En primer lugar, quiero agradecerte que tuvieras tu propia voluntad para salir de la dependencia del juego, te extendió la mano y te agarraste fuerte a ella.

El día cuatro de febrero, hace cuatro años que estás rehabilitándote del juego, y ya casi ni me acuerdo del sufrimiento que hemos tenido que pasar. Digo que hemos tenido porque yo sé que tú has sufrido tanto o más que yo, por todas las consecuencias que la maldita enfermedad te originó. Has tenido que enfrentarte a la justicia, cosa que no es muy agradable, pero tú, unos días más triste y otros más contento, has sabido superarlo.

Gracias a Dios que todo esto ha salido bien, aunque era una factura de la vida que tenía que cobrar, y no quedando conforme con todo esto, la vida nos volvió a probar, cayendo tú muy enfermo. En la cual, sólo tú podías luchar mientras lo único que podía hacer yo, era esperar.

Te doy las gracias por el buen esposo que eres, buen padre y amigo, te doy las gracias por aguantar lo pesada que soy con tu diabetes, pero es que tú eres muy importante para nosotros, y sobre todo, después de lo mal que lo hemos pasado es cuando en realidad valoras lo que tienes.

Gracias por estos cuatro años de paz que nos has dado, hace 18 años que nos casamos y en realidad sólo parecen cuatro, ya que no hay discusiones como antes, y ahora me ves como esposa, cosa que antes solo era un objeto que tenía pies y manos, que tenía todo a punto para cuando tú llegaras, pues no había tema de conversación, que cada vez que te decía algo, oía de ti “no puedo, tengo que trabajar”, pero bueno, todo eso ha quedado atrás y ha merecido la pena, ahora estoy recogiendo su fruto, y ya lo veo muy lejano, aunque en la realidad, está a la vuelta de la esquina.

Te agradezco la buena voluntad que estás poniendo para tú rehabilitación, soy consciente de ello; gracias por todas las cosas buenas que nos das y has dado.

Te queremos tu esposa e hijos.

A. F.

¡La adicción al juego tiene solución!

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